sábado, 4 de julio de 2009

"...Y MONK TENÍA RAZÓN...."

Monk tenía razón. Y Jack Nicholson en su rol de "obsesivo compulsivo" en la película "Mejor imposible", también tenía razón. Los "obsesivos compulsivos" o sea los "Toc" (Transtorno obsesivo compulsivo), tienen mucha razón. Al fín de cuentas y como viene la mano, serán ellos y solo ellos lo que se salven de esta epidemia espantosa llamada "Gripe A" o "Gripe porcina". Me cuesta un triunfo lavarme las manos durante más de 20 segundos, refregarme los dedos, las uñas, las palmas y el dorso de mis manos, al menos 20 veces al día, para luego secarme con una servilleta de papel y con esta misma servilleta, hecha un bollo húmedo, cerrar la canilla, teniendo mundo cuidado de no tocar con mis dedos dicha canilla. Ya de por sí es bastante difícil; cuando creo lograrlo, me relajo y me pongo contento de haber hecho bien los "deberes", pero acto seguido, en cuanto me descuido, abro la puerta del baño poniendo mi mano en la manija...."Uppss"... No debería haber tirado el papel servilleta aún, porque seguro me hubiese servido para abrir la puerta, salvo que tenga un picaporte redondo, con lo cual se me hubiese complicado mucho salir del baño, ya que es imposible hacer girar ese picaporte redondo con un bollo de papel húmedo. Quizás debiera tomar más papel disponible y con él, intentar abrir la puerta del baño. Podría dar miles de ejemplos de profilaxis preventiva similares, ya ustedes se lo imaginan. Me imagino, también que todos aquellos que padecen de "Toc", estarán más que felices, porque ahora sí, todas sus manías que antes nos colmaban hasta la exasperación, en estos momentos, tienen una lógica y coherencia increíbles. Se deben mover como pez en el agua. Quien mejor que un "Tocman" para abrir una puerta o una canilla sin contaminarse. Ojo con reírnos de aquellos que nos parecen excéntricos o distintos, porque pueden ser en cualquier momento nuestros grandes maestros. Ellos no besan, no dan la mano, están siempre con un pañuelo o servilleta en la mano como protección para que no les venga algún microbio belicoso. Están como "calamar en su tinta". Sus vidas han cobrado por fín un significado. Ahora hay un enemigo real, tangible que nos ha visitado y que piensa quedarse por un largo tiempo con nosotros. Que se vaya, depende por ahora, de nosotros, de cambiar nuestros hábitos de higiene. Antes nos jactábamos de ser limpios porque nos bañábamos todos los días. Pues señores, eso es lo de menos, es básico. Nos tenemos que lavar las manos por lo menos 10 veces al día, no viajar en colectivo o en subte, no ir a espectáculos multitudinarios, no salir, no tocar manijas de puertas o ventanas, no tocarnos la nariz, boca y ojos; no comer comida en restaurantes, no besarnos, no darnos la mano, ojo con el teléfono, quién sabe quien lo usó antes, a lo mejor, estaba infectado. Cuando todo esto termine algún día, porque habremos corregido nuestros actos de higiene y todo vuelva a la normalidad, todos nos habremos convertido en "obsesivos compulsivos", será algo normal, ya no será un transtorno, sino una mutación nuestra hacia un "ser precavido". La naturaleza nos será ajena, porque en ella vuelan muchos virus. Deberemos vivir en cubículos de acrílico, perfectamente aislados del mundo...no existirá el amor, ya que no tendremos contacto físico. Haremos el amor por internet, eso sí, previo pulverizado del teclado con un spray compuesto con una parte de lavandina en nueve partes de agua. ¿Qué lindo todo, no?...Se acabaron esos hombres formidables como Genghis Khan, Taras Bulba, Atila, Espartaco, Clint Eastwood está viejo...en fín, vivimos en la era del "alcohol en gel"...Nos ponemos tanto alcohol, que alguien al voleo nos va a tirar una cerilla prendida y "Fffuuushhh"...combustión espontánea...nuestros cuerpos desaparecerán como los de los alieníegenas de la serie "Los Invasores". Pensar que nuestros antepasados remotos se cuidaban de "los Tigres dientes de sable" o del "Oso de las cavernas", en cambio nosotros, los humanos de hoy, nos protegemos de animalitos infinitamente más pequeños, imperceptibles hasta para un microscopio casero, llamados "virus". Estos agentes patógenos son nuestros "Osos de las cavernas" y nuestros "Tigres dientes de sable". De ellos nos protegemos. Al final de cuentas "Monk tenía razón"..."Monk" es nuestro héroe, el sabe como protegerse de ellos.
Post data: "Habría que cambiar los burletes de las puertas y ventanas de algunos laboratorios de los países desarrollados...pues al parecer se están escapando algunos virus"

1 comentario:

Juan Carlos Ramirez Leiva dijo...

Impecable. Cuánta razón tienes. Puedo con lo de lavarme las manos antes de lavarme las manos pero.. eso de que cada vez que tengo que toser, estornudar, respirar, etc., tenga que hacerlo sobre mi antebrazo (y no se si es con la diestra o con la siniestra), con eso ya no puedo. Loco, parezco un bandolero medieval, sólo me falta una capa.
Supongo que todo será una venganza de los cerdos por no adherir a los postulados religiosos judios.
Que vuelvan los tigres sables... siempre y cuando sean como los Diego de la Era del Hielo.
Saludos (no les doy la mano por la gripe, vio).
Juan Carlos



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